La Historia de una Delincuente, Plasmada en Reseñas Online

La Historia de una Delincuente, Plasmada en Reseñas Online

LOS ANGELES, CA.- De acuerdo con el sitio Vitals.com de perfiles y reseñas médicas, la doctora Hsiu-Ying Tseng, mejor conocida como "Lisa" Tseng, especializada en Medicina Interna experta en enfermedades infecciosas (VIH y Hepatitis C) que trabaja(ba) en Rowland Heights, California, tiene (tenía) una calificación de 2.5 estrellas, de las cinco de excelencia que se pueden obtener por parte de sus pacientes.

La Historia de una Delincuente, Plasmada en Reseñas Online

La médica egresada de la Universidad Estatal de Michigan presume -- o presumía -- hablar seis idiomas para atender a sus pacientes y estar afiliada a 14 hospitales californianos, incluido el de la Universidad del Sur de California (USC).

Curiosamente, la mitad de los comentarios (desafortunadamente todos anónimos) disponibles en el sitio mencionado, referentes al desempeño de la doctora Tseng, los cuales se concentran entre los años 2010 y 2012, indican que es una médica "sucia", con práctica orientada exclusivamente a hacer negocios, cuya verdadera especialidad es (o era) suministrar a los pacientes drogas prohibidas o proscritas por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos, particularmente oxicodona, opiáceo que ocasionalmente se utiliza como analgésico para dolores postoperatorios o en enfermedades terminales como el cáncer; pero que crea adicción, por sus efectos similares a la heroína y la morfina.

La otra mitad de los comentarios podrían haber sido publicados por la doctora Tseng o su equipo de trabajo, porque rabiosamente defienden el uso de la oxicodona y la morfina para aliviar los dolores intensos, y -- de manera sospechosa -- acusan a los pacientes quejosos de la práctica de esta médica, que publicaron sus comentarios en el sitio web, de ser "buscadores de drogas" por sus efectos laterales de "bienestar", y aseguran que "algún día" cuando los críticos de la doctora Tseng tengan un dolor intenso, lo sufrirán en su plena intensidad porque los médicos "tendrán miedo de ir a prisión" por suministrar los fármacos más poderosos y adictivos.

Vale comentar de paso que la estrella pop Michael Jackson era adicto a la oxicodona y eso detonó su muerte.

Hoy, la doctora "Lisa" Tseng fue condenada a 30 años de prisión en Los Angeles, por haber provocado la muerte de tres pacientes al recetar oxicodona sin advertirles de las consecuencias de sobredosis, mezclas con otras sustancias (incluido el alcohol) y de los efectos colaterales de adicción y otras reacciones.

Tseng perdió la licencia para ejercer la medicina en 2012 y ese mismo año fue demandada por asesinato en segundo grado (imprudencial). Según el fiscal que llevó el caso, la doctora tuvo por lo menos doce pacientes que fallecieron de sobredosis y logró consignar que algunos no eran enfermos, sino "droguitos" como los etiquetaba la propia médica en sus registros privados.

Se comprobó que uno de sus "pacientes" viajaba desde Arizona solamente para conseguir la receta que le permitía mantener una adicción, lo que demuestra que la mujer era corrupta. Por eso, el caso replantea una reflexión de la comunidad médica global sobre la necesidad de hacerle saber a los pacientes los riesgos que entrañan los tratamientos a que son sometidos. Y aquí también cobra importancia el papel de los sitios web de reseñas que ayudan a sus usuarios a elegir bienes y servicios -- en este caso a un médico.

Esto, porque si uno regresa en el tiempo a través de la web, encontramos que en Vitals, antes de 2012, que fue el año en el que detonó el escándalo, ya se había advertido de las prácticas anómalas de Tseng, quien probablemente indujo a algunos de sus pacientes a convertirse en adictos, con tal de obtener más dinero por las recetas de fármacos controlados expedidas; pero el anonimato de los usuarios hizo que su caso fuera, al principio y antes de que hubiera muertos, "un chisme local".

Más aún, como se mencionó antes, pareciera que los comentarios positivos sobre Tseng, en el sitio de reseñas, fueron escritos por ella o su equipo, ya que si se leen con cuidado, paradójicamente esos comentarios favorables dan pistas de las conclusiones a las que llegaron las autoridades judiciales de California para sentenciar a Tseng por homicidio.

Hay entre los comentarios uno que me impresionó porque un paciente quejoso que le dedica una sola estrella a la práctica profesional de Tseng en 2010, dice que no la recomienda porque la oxicodona que ella receta le hace sentirse peor de lo que dicho paciente anónimo con cáncer está.

Así pues, además de las lecciones sobre tratamientos médicos que se puedan tomar sobre este caso que, aparte de todo no es el primero en su tipo que se da en los Estados Unidos, arroja luces amarillas sobre el valor de los espacios web de reseñas profesionales. También deben elevar su calidad y forzar comentarios y críticas que estén perfectamente documentados para que sean tomados en serio por sus usuarios, y más allá de lo que hagan las autoridades, los propios ciudadanos tengan pleno conocimiento a quiénes se enfrentan a la hora de contratar proveedores de bienes y servicios dentro y fuera de la Internet.

Es un hecho que, desde Vitals hubieran podido evitarse muchas víctimas mortales de Tseng y quizá ella estaría ahora en la cárcel por corrupta, pero no por asesina. 🖋

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